domingo, 16 de marzo de 2008

voces

dejaré en una silla el pañuelo
que defendió mi cabello del viento
llevaré mis pies hasta la arena
(extrañaré un café)
probaré cantar
pero no habrá voz
porque para pensarte
acostumbré el silencio
y estoy tan muda de gritar tu nombre
que en vano pruebo recordar
los nombres de las cosas del mundo

el mar dirá las cosas
pero yo oiré tu música

el mar
hablará de otros hombres
de otras mujeres
de hombros que duelen bajo maderos
de manos callosas en un puerto
de bocas infectadas de delaciones
de vientres cóncavos y convexos
de pies torturados o sin rumbo

qué mezquina me volvería amarte
qué vacía pasearía mi vida en esta playa
si no te dedicara -como lo hago-
las lágrimas que lloro por el mundo.