jueves, 8 de abril de 2010

trampa III

la libertad

es la excusa más digna

que has podido nombrar



es también mi voz

recitando principios

derribando mandatos

renegando de la mujer de molde

burlándose

fácil, cínicamente



¡un becerro de oro

para la libertad!



cambiamos una divinidad por otra

y ambas son

por igual

tiranas



las tablas del amor

están rotas

y ahora está todo al alcance:

todo el desierto mineral



y la soledad enorme,

posesiva

-como la loba de Dante

jamás se sacia

y cuanto más come

más hambre tiene-

la mujer oscura

la mujer oscura

envidia a la tierra

que sigue dándose

aunque no la siembren

envidia al aire que va donde quiere

y no se lamenta

porque nadie lo espera en casa

la mujer oscura

enciende la lámpara para dormirse

porque tiene miedo

pero quiere verlo a los ojos



quisiera

desvanecerse y

derramarse en el agua

del hombre

para que cuando la beba

se quede con su tristeza

y al fin la libere