viernes, 23 de julio de 2010

despecho

a la noche sin escrúpulos

a la vanidad de kermese ruidosa

me arrojaste

a los miles de brazos y besos

que no busco y encuentro



al desprejuicio y al tedio

de ignorar todas las lágrimas

y a ejecutar suplicios

me arrojaste

al aburrimiento de la voz enamorada

y estúpida



en la carne que ofrendé tantas veces

sólo duelen tu lanza y su herida

-difuso animal mítico

disfrazado del poder que te otorgo-

a esperar en desvelos

la cicatriz o la suerte

me arrojaste

2 comentarios:

Manuel Núñez dijo...

Intensidad plena! genial!

Manuel Núñez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.