me quedo pensando
en la hoja, el árbol
en la tierra
pienso en su diferencia y equivalencia
esenciales
y vuelvo a mí mis propios ojos
pienso en mi canto
que no es menos esencial
que inútil
pienso en tus ojos
que no me reconocen más
ni de otro modo
que este mismo modo mío
de distinguir una hoja, las hojas
pienso en lo breve, lo fútil, lo imperceptible
y en esta impaciencia del tiempo
que se va y no da crédito
ni importancia a mis planes
el ciclo
se sucede
vuelvo a pronunciar mis deseos
como si contemplara una mágica fuente
con una moneda entre los dedos
los digo al aire y al viento
pero ya no me engaño:
un día seré una hoja
más
en el suelo
y ni yo recordaré
mis pasados colores
y poco importará
cuántos sueños haya cumplido
o incumplido
domingo, 10 de mayo de 2009
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