sábado, 29 de marzo de 2008

Mariposas (1971)

Silvio Rodríguez

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.

Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
qué maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo.
Mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
¡Ay mariposa!, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan
y eres el nuevo ser que (hoy) se asoma
por mi garganta.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
qué maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo.
Mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.

Cuenta Silvio: «Para la cultura náhuatl que crecía en el valle de México cuando llegaron los conquistadores (después no creció casi nada), las mariposas simbolizaban el alma de los guerreros que, habiendo caído en combate, regresaban a la tierra de esa forma colorida y hermosa para embellecer la vida de los hombres. En este caso el símbolo esta tomado en el sentido de la añoranza del recuerdo.»

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