entre la niña candorosa
y la mujer sufrida
me hartan
pugnan a diario y a cada instante
se disputan las verdades, argumentan
e intenta, cada una, a su vez, persuadirme
que salte
que no, que me prevenga
que recuerde
que no, que me abandone
ay, qué caso tienen
sus múltiples reclamos
si en cuanto me alarmo y me refugio en mí misma
susurrás al acaso mi breve nombre, dormido
y todo lo real y lo pasado y lo cierto
se diluyen, absurdamente
sobre tu libertad y tu antojo
no tengo
ni tienen
razón ni gobierno
10/08/09
lunes, 10 de agosto de 2009
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